Por Mohammed Soliman para Middle East Institute

Torres de Doha, Qatar  [Autor desconocido]

La rivalidad entre Estados Unidos (EEUU) y China está en un territorio desconocido. No hay un ejemplo más claro de esto que la intensificación de la lucha de EEUU con la empresa china Huawei por la seguridad del 5G. El peso geopolítico de ambos países y la actual guerra fría entre ellos acentúan la urgencia de la elección a la que se enfrenta el mundo sobre si incluir o no a Huawei en las redes 5G.

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EEUU acusa a Huawei de tener en sus dispositivos puertas traseras instaladas que permiten la vigilancia del Gobierno chino. Los Estados del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC, por sus siglas en inglés) esperaban mantener distancia de la llamada Guerra Fría Digital. Sin embargo, esto se hace cada vez más difícil a medida que EEUU intensifica su campaña contra Huawei con la introducción de la Iniciativa de Red Limpia (CNI, por sus siglas en inglés) y su respaldo a la decisión de Israel de excluir a Huawei de su propia red 5G. Esta última escalada contra Huawei en Israel anuncia un aumento de la presión que los estados del GCC esperan también enfrentar pronto.

Los Estados del Golfo se enfrentan a una difícil elección con respecto a Huawei. Una opción es dar prioridad a su asociación política, económica y de seguridad con Estados Unidos —el principal garante de la seguridad en el Golfo— y proteger así una relación crítica en un momento de tensiones inéditas con Irán. Su otra opción es priorizar su dependencia económica de la exportación de crudo a China, que será crucial para la recuperación pospandémica del Golfo. Ambos partidos en EEUU apoyan crecientemente políticas fuertes contra China. Esto significa que no importa quién gane la Casa Blanca, los Estados del GCC serán tarde o temprano presionados por Washington para elegir, finalmente, un lado en la Guerra Fría Digital.

El panorama mundial

La lucha mundial contra Huawei cobró impulso con la decisión del Reino Unido, en julio, de cambiar de rumbo y prohibir el equipamiento de la empresa china. Según la ley del Reino Unido, las empresas tienen prohibido adquirir nuevos equipos de Huawei y deben eliminar los existentes para el año 2027. La decisión de Londres se debió, en parte, a la presión de Estados Unidos y las sanciones contra Huawei, pero también fue una respuesta a las agresivas políticas de China en múltiples frentes, entre los que destaca la nueva ley de seguridad en Hong Kong. Sin embargo, la campaña de Estados Unidos contra Huawei en Europa va mucho más allá de Londres. Washington está pidiendo a sus aliados que prohíban a Huawei de sus redes 5G uniéndose a la CNI, que ya incluye a la República Checa, Polonia, Suecia, Estonia, Rumania, Dinamarca, Grecia y Letonia.

El GCC y su momento digital

Los estados del CCG —especialmente Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Qatar— se han digitalizado cada vez más desde el decenio de 2010, en particular, en lo que respecta a los servicios gubernamentales, la penetración de Internet y la salida de datos, y el uso de teléfonos inteligentes. Utilizando la riqueza acumulada por las exportaciones de petróleo, las economías del Golfo dirigieron enormes inversiones hacia la construcción de su infraestructura digital y el estímulo de su resiliencia digital. Esto ocurrió al mismo tiempo que la región ampliaba su presencia mundial y se preparaba para oportunidades importantes para mostrar su influencia, como la presidencia saudí del G20 en 2020, la Expo de Dubai 2020 y la Copa Mundial de la FIFA en Qatar en 2022.

La carrera hacia el 5G: Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes

Una pieza fundamental de la iniciativa Visión 2030 de Arabia Saudita es su objetivo de transformar el reino en el centro digital de la región. Dada esta estrategia y la posición de Arabia Saudí como economía del G20 y como el país más poblado del GCC, Riad sintió la presión de entrar en la era de los 5G más rápido y a mayor escala que sus pares del Golfo. En octubre de 2019, el principal transportista de Arabia Saudita, Zain, se asoció con Huawei para introducir la primera fase de su red 5G, que abarcaba 20 ciudades del reino con 2.000 torres y proporcionaba a Arabia Saudita la mayor red 5G de la región. La asociación de Zain con Huawei fue el resultado de los precios competitivos de la empresa y su importante presencia en el mercado saudí.

Desde 2015, los Emiratos Árabes Unidos esperan desplegar una red 5G para afianzar la condición de Dubai como ciudad global y prepararse para la Dubai Expo 2020, un acontecimiento internacional que los Emiratos Árabes Unidos (EAU) habían previsto inicialmente que atraería a más de 25 millones de visitantes. Para lograr estos objetivos, EAU necesitaba un socio que pudiera proporcionar la infraestructura 5G necesaria a esa escala. Los dos principales operadores de redes de EAU, du y Etisalat, establecieron asociaciones con Huawei para el despliegue del 5G. El pasado octubre, Etisalat completó con éxito la primera llamada autónoma de 5G de extremo a extremo en la región Medio Oriente y Norte de África (MONA).

Al igual que EAU, Qatar también está anticipando su próximo momento en el centro de atención mundial: ser anfitrión de la Copa Mundial de la FIFA en 2022, la primera vez que el torneo de fútbol se celebra en Medio Oriente. La pequeña nación del Golfo nunca ha sido anfitriona de un evento tan grande como la Copa Mundial, que traerá alrededor de 1,7 millones de visitantes a un país de sólo 2,7 millones de habitantes. Para hacer de la ocasión un acontecimiento aún más histórico, Qatar quiere que sea también la primera Copa del Mundo de 5G.

Para desplegar la red 5G a escala, los dos principales operadores de telefonía de Qatar, Vodafone y Ooredoo, se asociaron con los tres proveedores de equipos 5G: Huawei, Ericsson y Nokia —Vodafone con Huawei y Ooredoo con Ericsson y Nokia. Desde 2019, Vodafone y Ooredoo han desplegado redes 5G en Doha y en docenas de lugares de todo el país. Ooredoo por sí solo tiene más de 1.200 sitios 5G en toda Doha. La reciente decisión del Reino Unido de prohibir los equipos de Huawei ensombrecerá las relaciones positivas que Vodafone, una compañía británica, tiene con Huawei en el mercado qatarí. No está claro el impacto que podrá tener la prohibición del Reino Unido sobre las asociaciones de Vodafone con Huawei que no son de la Unión Europea (UE).

El dilema del Golfo: la creciente dependencia de EEUU y de China

Los Gobiernos del GCC están profundamente incómodos con la escalada de tensiones entre EEUU y China. Por un lado, China es su principal cliente para el petróleo del CCG. Antes de la desaceleración económica causada por el COVID-19, Arabia Saudita exportaba 1,67 millones de barriles diarios a China, y los Estados del Golfo suministraban el 28 por ciento de las importaciones chinas de petróleo. Además, debido a las consecuencias de la pandemia, las economías del Golfo han quedado más atadas a la economía china, que se está recuperando más rápidamente que la de los Estados Unidos y la UE.

Por otro lado, el Golfo se enfrenta a desafíos de seguridad sin precedentes por parte de Irán y sus aliados, lo que lo hace más dependiente de su asociación estratégica con los EEUU. En enero de 2020, EEUU tenía alrededor de 40 mil soldados en el Golfo y ha aumentado sus fuerzas cuando el GCC ha sido atacado. Por ejemplo, cuando Irán atacó las instalaciones petrolíferas de Aramco en Abqaiq el año pasado, Estados Unidos desplegó más fuerzas militares en Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos para restablecer la disuasión perdida con Teherán. Las crecientes relaciones estratégicas entre el GCC y China y la ya fuerte relación entre el GCC y Estados Unidos están obligando al Golfo a pasar desapercibido en la actual guerra tecnológica entre los Estados Unidos y China.

¿Qué sigue?

Desde 2018, la campaña de Estados Unidos contra Huawei se ha centrado principalmente en la Unión Europea, pero Washington está enviando ahora mensajes cada vez más urgentes y amenazadores a sus aliados en todas partes. Debido a los intereses de seguridad compartidos entre Israel y muchos Estados árabes del Golfo y su dependencia estratégica de Estados Unidos, la prohibición israelí de Huawei puede obligar a los capitales del Golfo a reconsiderar la participación de la empresa en sus redes 5G.

Hasta ahora el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, no ha planteado públicamente la cuestión de Huawei a los socios de Washington en el Golfo. Sin embargo, el pasado mes de julio, Alina Romanowski, la embajadora de EEUU en Kuwait, llevó a Twitter su preocupación por la integración de Huawei en las redes 5G del Golfo. Acusó a Huawei de estar legalmente obligada a trabajar con la inteligencia china, poniendo en peligro los datos y la privacidad. Al día siguiente, la embajada china rechazó las afirmaciones de la embajadora y acusó a EEUU de temer la superioridad de Huawei en la tecnología 5G, así como de haber robado datos a través de «spyware electrónico con PRISM» – una referencia al programa de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional descubierto en 2013.

Pronto, las capitales del Golfo se enfrentarán al reto de intentar sobrellevar la tormenta de 5G de Huawei sin antagonizar con EEUU ni con China. Los Estados del GCC tendrán que equilibrar sus intereses económicos y de seguridad durante esta grave recesión mundial, y es posible que tengan que ajustarse a la creciente presión de Washington si Joe Biden gana las elecciones de noviembre y decide que los líderes del Golfo deben ser mantenidos con estándares diferentes a los de la administración Trump. Si los estados del GCC deciden mantener su relación con Huawei, será una clara señal de la disminución del poder de EEUU sobre sus aliados. Sin embargo, si los países del Golfo toman esa decisión, también deben estar preparados para enfrentar las represalias.

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Mohammed Soliman es un becario no residente del Programa Cibernético del Instituto del Medio Oriente. Los puntos de vista expresados en este artículo son los suyos propios.

N.d.T.: El artículo original fue publicado por Middle East Institute el 1 de septiembre de 2020.